3ª Era



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viernes, 29 de enero de 2010

La Herencia


Extraído de Fragmentos de una vida fragmentada
de Borja Claudio Josué Smith Padrín.







     Entré en la notaría que llevaba los importantes asuntos de mis abuelos. El ambiente, discreto y lustroso a un tiempo, remarcaba un cuadro donde cada cosa sabía ocupar su sitio. El olor a cera rancia y a papeles sobados; la deslumbrante araña que pendía del techo arrojando luz a chorro, conspiraban la atmosfera idónea para tan crucial devenir: La lectura de la herencia.

     Mis abuelos, a los que no conocí, tuvieron la desgracia y la suerte de fallecer juntos en un trágico accidente de monopatín biplaza, después de una longeva vida llena de avatares y sinsabores, empeños y éxitos. Éxitos comerciales. Mi abuela ejerció de contable y mi abuelo, con su perspicaz estrategia y donaire, hizo mucho dinero en America primero y luego en el resto del mundo. Su frase más pronunciada, en boca de mi difunto padre, era: “haz mucho dinero pronto, cojones”.

Tras el escueto y displicente saludo inicial, el notario habló:

-Tome asiento. Lo va a necesitar.

-Me tiene en ascuas. Repliqué.


-Estas son las últimas voluntades de sus abuelos de usted. Juntos acordaron disponer de la siguiente forma su patrimonio.

-Todos los bienes materiales pasan a propiedad del estado Vaticano, incluidos los palacios, el oro, la plata, el cobre, el estaño, el zinc , los diamantes, la ferralla y las colecciones de arte repartidas por el mundo.

-Se exceptúan los dos Ferrari Testarosa y un llavero de oro macizo como conmemoración de los mundiales de futbol de 1982 en España, con la silueta de naranjito; que son donados a la fundación por la discapacidad emocional que su padre de usted fundó en Eslovenia y que hoy está repartida por todos los países del mundo, entre los que no se encuentra España por encontrarse indispuesta emocionalmente en un alarmante tonto por ciento. He querido decir tonto por mil.

-También se exceptúa el piano construido por Bartolomeo Cristofori en 1711, que será hecho polvo para ser mixturado como condimento alimentario para peces de río.

-Así mismo, la dentadura de oro de su abuelo de usted, que es patrimonio espiritual y material a un tiempo, se subastará en Ebay, siendo lo recaudado destinado a la investigación en células madre de mamut y en todas aquellas enfermedades de transmisión sensual.

-Todos los miedos, culpas, penas, rencores, angustias y dolores pasan a propiedad de la familia en su conjunto, sin excluir a ninguno de sus miembros, ni a ninguno de los miembros de sus miembros.

-Tengo que comunicarle que usted es, a día de hoy, el único miembro con vida en la familia, a parte de su hermano gemelo tetraplejico.

-La hipocresía, la envidia, la murmuración y el chismorreo, son donados enteramente al estado para fines exclusivamente públicos.

-Toda la ira y el resentimiento acumulados, se meterán dentro del cofre bañado en diamantes de la familia, que no se debe abrir hasta que no se encuentre la llave que, en todo caso, compromete su uso, ya que el cofre no se puede abrir. Para encontrar una solución pacifica, su abuela de usted ha diseñado un plan de acción global para encontrar la llave, que se desarrolla conjuntamente entre la ONU, la UEA, Apple Records, la NATO, Rusia, China, Microsoft y el MOSAD. Para tranquilizarle, le puedo comunicar que están sumergiéndose y dragando los lechos oceánicos para descartar que la llave esté en el fondo del mar.

-Por último, su abuelo de usted ha dispuesto que la red de residencias públicas de la tercera edad, compradas el penúltimo día de su vida de él y repartidas por todo el mundo, sean convertidas en burdeles por las mañanas, oficinas de empleo por las noches y lugares de reclusión de presos de máxima peligrosidad por las tardes. Menos el domingo, que se destinarán a servir de urinarios públicos. No ha dispuesto nada sobre que se hará con los ancianos, pero nos consta la sugerencia de su abuela de usted, para utilizarlos como extras en películas sobre el antiguo Egipto y similares. Por tanto, desde este momento depende enteramente de usted que se hace con esos cientos de millones de personas.

-Todas las deudas, morales y monetarias acarreadas a lo largo de la dinastía de usted, a la que usted pertenece, pasan a ser propiedad de usted, que tiene un plazo de 15 días hábiles para abonar la cantidad de 2.010.113.770 con 0,7 dólares de plata. Por otra parte, tiene 30 minutos para liquidar su deuda moral, a no ser que la transfiera a alguien al que usted quiera mucho.  Le quedan 29 minutos y 42 segundos para ello.

-Todo lo antedicho es irrevocable y no son solo las últimas voluntades de sus abuelos de usted, si no que han de ser tomadas como ordenes directas sin posibilidad alguna de objeción sobre su forma y/o fondo.

-¿Tiene algo que objetar?



Que triste…

¿Y la paciencia quien se la queda, eh? Le dije sin remilgos.

     El notario se encontró un tanto desconcertado con tamaña pregunta. Lo mostró en su soterrada forma de mirar el enorme reloj de cuco, con un cuco real dentro, amaestrado a tal efecto para salir cada cuarto de hora, que presidía la ampulosa mesa de raíz de nogal ante la que estábamos opuestos. Sin apenas dilación, ojeó los documentos de arriba abajo y en apenas décimas de segundo, mirándome fríamente a la nariz, dijo:

-Tengo que comunicarle, y leo fotográficamente de memoria, que a sus abuelos de usted, la confianza entera, junto a lo poco que les quedaba de paciencia, se les secó poco antes de expirar, por falta de uso. También le puedo informar, ya que pregunta, que toda la ternura y la risa desaparecieron hace bastante tiempo. Sus abuelos de usted siempre pensaron que alguien de la familia las robó, aunque siempre descartaron a su hermano gemelo. En este momento, sea quien sea, vivo o muerto, está en busca y captura para aplicarle la pena máxima.

-Por cierto; ¿cuánto cobra por esto? Le pregunté.

-Mis honorarios serán completamente satisfechos por usted, en cuando se baje los pantalones y calzoncillos de usted  y se incline, apoyado sobre la mesa, en ángulo recto.






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