3ª Era



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AGRADECIDO POR TODO








lunes, 4 de enero de 2010

yo ser

APUNTES






     Encontrarse con uno mismo es encontrarse con la totalidad. Cada uno tiene su forma de hacerlo, ya que cada uno tiene un cuerpo.


     Todo es complemento y utilidad, realidad y suma. La Vida no excluye ni descarta a nada ni a nadie.


     La totalidad está incluida en cada ser, que a un tiempo está incluido en la totalidad.


     Pensemos juntos un poco. El yo –ego- se ha de centrar en el cero –egocentrarse-. Es el camino de búsqueda interior, el viaje hacia dentro. El retiro. El yo tengo, que necesita recogimiento para destilarse en todo soy. El yo es aspiración –inspiración-, deseo de pertenecer. Desde hay, desde esa disolución, desde ese cero que no muerte, se halla el uno mismo y este, es apertura, es salir hacia la totalidad que contiene ser: Transpiración –espiración-. Se ha de partir de cero para llegar a uno.


     El yo –ego- divide el mundo (poco a poco). Se coloca el primero de la lista, lo necesita hacer así para aprehender. Luego está el tú, en el que se refleja, ya que, aunque no lo vea, es esencialmente lo mismo: es ser. Necesita también separar a él, como alguien que está fuera y el yo se sitúa por encima o por debajo, se compara, se calibra. Y así divide, sin equidad, las cosas. Las juzga desde el mi, desde el mío. Intenta poseer verdad, justicia, realidad y amor. Tener para lucir, para ser visto y admirado. Para ser reconocido y valorado. Justificarse en el yo se, yo entiendo, yo conozco. El yo depende de la aprobación externa. Ante su división interior sufre el dolor de encontrarse al margen, sin estarlo realmente. De no ser tratado, aceptado, querido como cree merecer. Y cae. Tiene miedo y orgullo, culpa y dolor. Duda. Se oculta y no da sin que le den primero. Desconfía. Lucha para ganar. Y busca una salida. Un camino. Busca entre el desasosiego que le produce su ansiedad de conquista, de control. Su ignorancia de lo que es, le genera sufrimiento, enfermedad y pena. Se cree separado. Se castiga. No descansa, se agota y se consume.


     De ahí que, desde siempre, el dilema del yo –ego-, sea tratado, a través de muy variadas técnicas, para cesar en su lucha de poder, de control, de gobierno. Tantas técnicas como individuos, como cuerpos. El yo se ha de quedar aislado,  para llegar a cero y encontrar el tesoro. El tesoro que lleva en su isla, en su cuerpo.


     Solo desde ahí, desde la liberación de el profundo dolor que conlleva su ignorancia, logra desvanecer la ilusión que le tiene poseído. Ha encontrado el tesoro. Y comienza la vía del ser (poco a poco). El ser ya no está partido en clases, juicios o preferencias. No hay tu o yo. No hay fuera o dentro. No hay dualidad, división, separación alguna. Actúa desde lo que es, no desde lo que quiere ser. El ser es pertenencia. El ser se deja ser. Cambia y se comparte. Fluye como el Agua. El ser vive en el ciclo. Y la Vida son ciclos. Es Ella quien le mueve, quien le gobierna, quien le muestra, quien lleva el control, no como a una parte, sino en conjunción. La Vida es la maestra. La Vida se encarga de todo. El ser no lleva la cuenta, ni el control. Es totalidad y se da, se entrega en apertura porque ya no busca, se ha encontrado en el cambio unificado y se comparte. No necesita recompensa ni aceptación exterior para actuar. Se incluye en todo y no excluye nada, porque no es diferente de nada. El ser es interdependiente. Está conectado. El ser es uno ilimitado.  El ser es todo a la vez en potencia. Todas las posibilidades. Para el ser la Vida elige y él integra.


     Mientras estemos en esta forma humana, siempre habrá algo de yo en el ser y de ser en el yo. Afortunadamente no están separados. No estamos separados. El ser implica todo. Un yo reunido que, al llegar a su núcleo, se transciende a si mismo. Un yo que pasa de lo mío a lo nuestro. De lo nuestro a lo de la Vida.


     Es una respiración. Centrípeta, de todo hacia dentro –yo- y centrifuga, de todo hacia fuera –ser-.  Sin principio ni fin.


Lo que es arriba es abajo, lo que es adentro es afuera. La diferencia está unida.


Poner en práctica todo esto puede llevar toda la Vida -un instante-. Por tanto, hemos de tomárnoslo con mucha paziencia.

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