Finalmente ha sucedido.
El hombre de la saluz de hierro líquido a sucumbido.
Se veía venir en el índice de apuestas privadas de transparencia pública. No sabe como se llama, ni por la letra que empieza su ridiculum, lo único que se sabe es que no se llama SIDA.
Ha cometido varios errores graves que le han conducido a un purgatorio de narices, como: no haber encontrado a Pulgarcito con vida, ser diferente y parecerlo, acostarse a horas inoportunas después de haber estado haciendo cosas de las que no arrepentirse, opinar, tener algún moco a la vista, no haber nacido francés, haber sido abducido por intra-terrestres en una marquesina de la calle Cualquiera, oler a casa o cantar canciones que no suenan en la radio nacional de Hungría, por ejemplo (la lista completa no cabe en Internet, por lo que jamás será publicada completa).
Se veía venir en el índice de apuestas privadas de transparencia pública. No sabe como se llama, ni por la letra que empieza su ridiculum, lo único que se sabe es que no se llama SIDA.
Ha cometido varios errores graves que le han conducido a un purgatorio de narices, como: no haber encontrado a Pulgarcito con vida, ser diferente y parecerlo, acostarse a horas inoportunas después de haber estado haciendo cosas de las que no arrepentirse, opinar, tener algún moco a la vista, no haber nacido francés, haber sido abducido por intra-terrestres en una marquesina de la calle Cualquiera, oler a casa o cantar canciones que no suenan en la radio nacional de Hungría, por ejemplo (la lista completa no cabe en Internet, por lo que jamás será publicada completa).
Ya no se le ve en la calle, lleva tiempo en un lugar donde el silencio es ensordecedor y piensa constantinoplamente: - Aunque yo no sea Uruguayo, rendirme no me rindo, Mario…-
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